Crianza y educación

Cómo fue la infancia de Elon Musk

Independientemente de sus claroscuros, Elon Musk es un hombre que deja huella a su paso, yo tenía la idea que venía de una crianza cómoda y con todo lo necesario.

Acabo de ver en una red social un artículo donde la madre de Elon Musk, Maye Musk (que además es modelo y acaba de sacar un libro a los 71 años!) habla sobre la infancia de su famoso hijo, me gustó tanto, porque siempre he dicho que las mujeres hemos buscado cómo salir adelante y emprendido desde siempre, actualmente es mucho mas visible, aunque todavía falta mucho reconocimiento para la labor de cuidados y crianza y mucho apoyo para las madres emprendedoras.

Te dejo la transcripción del artículo y me cuentas tu opinión.

Fuente: VanityFair.es

En su último libro A woman makes a plan: advice for a lifetime of adventure, beauty, and success [Una mujer hace un plan: consejos para toda una vida de aventura, belleza y éxito], la canadiense repasa una biografía que durante años estuvo lejos de ser tan exitosa. En especial, la determinación que la llevó a cumplir todos sus logros tras el penoso matrimonio con Errol Musk, a quien su propio hijo ha definido alguna vez como “un ser humano espantoso”. Y, sobre todo, contesta a “algo que la gente siempre me pregunta: cómo hice para criar a unos niños tan exitosos” en esas condiciones tan adversas.

Errol y Maye, novios desde el instituto, se casaron en 1970. Nuestra protagonista recuerda que aquella decisión ya fue un error. Errol ya era propenso al maltrato y las relaciones abusivas desde antes del matrimonio. Juró cambiar. No lo hizo. Durante nueve años, la carrera prometedora de modelo de Maye quedó estancada, entre el nacimiento de sus tres hijos (Elon, el mayor de ellos, nació en 1971) y el perpetuo terror doméstico.

Fueron nueve años y no menos porque en Sudáfrica, donde se casaron y vivían, el divorcio no fue legal hasta 1979. Ese mismo año, Maye Musk se acogió a la nueva ley y se encontró: “Con 31 años, madre soltera de tres niños. Y mi prioridad era cuidar de ellos“.

Maye explica las claves de esos años en los que tuvo que combinar el trabajo a tiempo completo con la crianza de sus tres hijos. Y que explica también por qué su primogénito es tan alérgico al lujo como dado a las semanas de carga de trabajo eternas o a dormir en las megafábricas de Tesla si los plazos de producción apremian: “Mis hijos tenían que saber cuidar de sí mismos y tener consideración con mi trabajo, porque había convertido el dormitorio en mi oficina. No hace falta sentirse culpable (…), hace falta un plan en el que conseguir ayuda venga de donde venga”.

“Mi hija Tosca [hoy dueña de su propia productora de cine] venía a mi despacho a escribir cartas en un procesador de texto (…). Al mayor, Elon, se le daba muy bien ayudarme a entender las funciones del procesador de texto. Y el más joven, Kimbal [al frente hoy de varios restaurantes], siempre estaba dispuesto a ayudar. ¿Qué puedo decir? Necesitaba ayuda”.

“Crié a mis hijos como mis padres nos criaban cuando éramos niños: para que fuesen independientes, amables, honestos, considerados y educados, para que trabajasen duro e hiciesen cosas buenas. No les traté como si fuesen bebés ni los regañaba. Nunca les dije qué estudiar. Ellos me decían lo que estaban estudiando, o no. Nunca comprobé que hubiesen hecho los deberes: era su responsabilidad. Y ya se ha visto que no es algo que haya hecho daño a sus carreras. Creo que tanto mis hijos como yo nos beneficiamos de asumir esas responsabilidades tan pronto”.

“Cuando se hicieron mayores también se hicieron responsables de sus propios futuros a través de sus decisiones: a qué instituto ir, a qué universidad apuntarse. Todos los formularios, inscripciones y todas las peticiones de becas los hicieron ellos. Mis hijos se beneficiaron porque me vieron trabajar muy duro simplemente para que tuviesen un techo, comida y ropa de segunda mano. Cuando fueron a la universidad, vivieron en condiciones bastante pobres: colchones en el suelo, seis compañeros de piso, casas que se caían a pedazos. Pero no les importaba. Si tus hijos no están acostumbrados al lujo, pueden sobrevivir bien. No tienes que malcriales. Cuando estés segura de que tus hijos están fuera de riesgo, deja que cuiden de sí mismos.”

“La gente me pregunta a menudo qué hice para criar a unos niños que han tenido tanto éxito. Lo hice dejando que siguiesen sus propios intereses. Si quieren empezar un negocio y crees que es buena idea, apóyales. Enseña a tus hijos buenos modales. Pero deja que ellos decidan lo que quieren“.

Y en resumen, creo que es muy interesante su experiencia, sinceramente, aunque no son las mismas situaciones hubo párrafos que me gustaron mucho y que creo pueden ser inspiradores para una mama´emprendedora.

Principalmente, buscar un “como sí”, muchas veces nos sentimos culpables con “algo” que no hacemos a la perfección, y pasamos la mayor parte de la crianza de nuestras hijas e hijos pensando en todo lo que debemos estar haciendo “mal” y nos detenemos, cuando posiblemente si haya que hacer adaptaciones y simplemente lo que nos detiene es que no logramos estar en el “molde” de una vida como los estereotipos y las benditas redes sociales muestran, y nos detenemos en detalles, en lugar de enfocarnos en la meta y nuestros verdaderos objetivos.

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Leticia Jiménez
Bloguera y emprendedora, mamá de 2, autora de "Berrinches y rabietas para mamás imperfectas" "De esto no se habla, testimonios de violencia obstétrica" y "Mamá y papá también son pareja" disponibles en Amazon.
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