Las abuelas y bisabuelas son una parte importante de nuestro linaje, de nuestra herencia y de lo que somos,y conocerlas nos ayuda a conocer nuestras raíces y nos da perspectiva.
Mi abuela Soledad nació en 1918, no tenemos su dato exacto porque durante la Guerra Cristera incendiaron el palacio municipal del pueblo y se quemaron todos los registros. Perdió muy joven a sus papás su papá comenzó con una herida en un dedo que se le infectó, le querían cortar el dedo y el no lo permitió, la gangrena fue subiendo hasta que sobrepasó el bazo y el murió.
Su mamá murió poco después, parece que de tristeza. Su padre tenía un rancho y algunas propiedades pero con ella ya huérfana, y mujer en esa época, no se supo mas y seria largo de explicar
Se casó a lo 15 años, a la edad actual de mi hija mayor… cuando veo a mi hija me parece increíble. Mas que se casara con un hombre que le doblaba la edad. Llegué a leer las cartas que el le enviaba, a mano, con esa escritura manuscrita antigua.
En la época que ella se casó solo las señoritas “de sociedad” se casaban de blanco y con fiesta, a ella le llevó mi abuelo 2 rollos de tela y con uno de ellos se hizo un vestido rojo con el que se casó a las 6 de la mañana, porque a esa hora se podían casar ellos.
En total tuvo 10 hijos vivos, 2 pérdidas de embarazo que también recuerda, de esos niños murieron 2 , una bebé de meses y un nene de 2 años, de la niña no sabe bien que fue, y del nene un sarampión que se le complicó. Una vez que hubo una noticia sobre sarampión en la TV me recomendó mucho vacunar a mi hija, claro ya estaba vacunada, pero en la época que ella tenía a sus hijos pequeños no era tan fácil vacunar para tantas enfermedades como ahora. También me platicó que sus hijos pasaron la tosferina, la difteria, que escupían sangre, y que los cuidaba como podía, pagando al doctor, antes de que hubiera seguridad social o seguro popular en forma.
Todo lo que me platicaba me dio mucha perspectiva, mas cuando pensaba o me preocupaba de no poder comprar algo o de la situación económica, me cuenta que una vez, teniendo poco de casada llegó su mi abuelo con 10 agraristas, y que había que darles de cenar, tenía solo frijoles y tortillas y como pudo improvisó una cena. Y así logró criar a todos sus hijos y hacer rendir lo que había, cuando le tocó vivir un tiempo sin refrigerador, ni agua corriente, ni estufa de gas hasta años mas adelante.
Mi abuelo tenía un problema en la pierna que por años le causó problemas, hubo temporadas que no pudo trabajar, y ella se salió, con toda la pena del mundo a vender a la calle, vendía ropa de bebé, y años más tarde se compró un coche con lo que ganaba, y siguió mucho tiempo, yo recuerdo que llegó a mandarme a cobrar con sus clientas del mercado de Tacuba, o acompañarla a entregar mercancía, ella estaba acostumbrada a traer su propio dinero y siempre fue su costumbre.
Hay mil cosas que recordaremos de ella, además fue increíble que mis hijas lograran conocer a su bisabuela y aprendieran tanto de ella, y pensar en tantas experiencias en 98 años, una de las últimas cosas que hice con ella fue ponerla en una video llamada de whattsapp con uno de sus hijos en Guadalajara. De vivir en un mundo donde se alumbraban con velas a las video llamadas es un mundo de experiencias.