El bullying es una forma de acoso escolar que ha tomado mayor relevancia en los últimos años debido a su impacto negativo en la vida de los adolescentes. Muchos jóvenes han sufrido las consecuencias de esta situación, y en algunos casos, incluso ha llevado a tragedias como la del chico con TEA que se lanzó de un cuarto piso en España.
Este caso me afectó a mí mucho más ya que la madre de este chico es conocida mía y para mí fue impactante enterarme de que un nene que yo había visto crecer online había hecho una acción de este tipo, desesperado.
Dejó una carta antes de lanzarse donde entre todas las cosas decía: “Qué mierda de sociedad vivimos, pero qué mierda de sistema educativo es este, que nos enseñan cosas que no tienen ninguna utilidad, solo memorizar. Los buenos son los que reciben y los malos son los que hacen trampas y salen adelante.”
Es importante entender que el bullying no es una simple broma o un comportamiento pasajero, sino que es un comportamiento agresivo y persistente que tiene como objetivo intimidar, humillar y dañar a otra persona. Los adolescentes con discapacidades o trastornos del espectro autista (TEA) pueden ser especialmente vulnerables al bullying debido a que pueden tener dificultades para comunicarse y relacionarse socialmente.
Es crucial que como adultos, tomemos medidas para prevenir el bullying y proporcionar apoyo a las y los jóvenes que lo experimentan. Los padres, educadores y miembros de la comunidad deben trabajar juntos para promover la empatía, la inclusión y el respeto mutuo en todos los entornos en los que se desenvuelven los jóvenes.
También es importante reconocer que los adultos somos modelos a seguir para niños y adolescentes, y debemos asegurarnos de que estamos dando el ejemplo correcto. Debemos ser conscientes de nuestros propios comportamientos y actitudes, y ser proactivos para evitar cualquier forma de acoso o discriminación. Incluyendo nuestra forma de expresarnos o tratar a las personas que no nos agradan, que son diferentes o que tienen alguna discapacidad.
Si, desde siempre ha existido el bulling, pero no es una vivencia que le haga falta a nadie debemos de dejar de normalizar y romantizar el crecer en violencia, ningún niño necesita crecer en el maltrato, mas bien necesitan aprender a diferenciar el maltrato y alejarse de quien los maltrata.
Eso no hace débil a nadie, es autocuidado y amor propio, y es lo que necesitamos enseñar a nuestras niñas y niños.
Además, es fundamental que los adolescentes se sientan seguros y cómodos para hablar con nosotros sobre sus experiencias con el bullying. Y nosotros debemos estar preparados para escuchar y proporcionar apoyo emocional y práctico a los jóvenes que están siendo acosados.
El bullying es un problema grave que puede tener consecuencias devastadoras en la vida de los niños y jóvenes. Como adultos debemos prevenir y abordar el bullying, y para dar un buen ejemplo a los niños y adolescentes a nuestro alrededor. Siempre es importante recordar que, como adultos, somos responsables de crear entornos seguros y positivos para los jóvenes en nuestras comunidades.