En posts anteriores comentaba sobre lo complicada que puede ser para algunas familias el proceso de dejar los pañales, ese proceso yo lo viví dos veces con mis hijas.
Como me conocen quienes siguen mi blog, saben que no soy nada partidaria de “entrenamientos” o “caras felices, caras tristes”, o cualquier cosa que sea manipular a los niños para que hagan o no hagan algo, eso incluye dejar los pañales, creo en respetar sus procesos, su desarrollo y en darles el tiempo para que lleguen a sus etapas de desarrollo por ellos mismos.
Con mis dos hijas viví experiencias muy diferentes, con mi hija mayor (que ahora tiene 11 años) usé totalmente pañales desechables, cuando vi que estaba “lista” empezamos a mostrarle la “bacinica” (orinal) y a ir notando cuando ella “avisaba” y poco a poco iba avanzando.
Por experiencia sé que no es un proceso lineal, que a veces parece que “ya lo logró” y de pronto, cero, así que me armaba de paciencia y poco a poco veía pañales secos más tiempo.
Pero tenía problemas al abrirle el pañal y tratar de cerrarlo de nuevo (estamos hablando más o menos del 2004) y a veces veía que ya traía el pañal caído de que el adhesivo se vencía o desperdiciaba pañales limpios pero ya dañados por estarlos abriendo.
Así que un buen día me decidí y compré un paquete de calzoncitos entrenadores.
Para mí, en la “última fase” del proceso de dejar el pañal fueron de gran ayuda, para familiarizarla con el subirse y bajarse el calzoncito, para que se sintiera “niña grande” al usar algo diferente al pañal, la facilidad de abrirlo cuando necesitaba retirarlo para limpiarla por ejemplo si se había hecho popó, tuvimos una etapa que ella ya usaba calzoncitos de tela en casa, porque ya lograba avisar o llegar al baño.
Para salir le ponía calzón entrenador para evitar accidentes incómodos más para ella (yo le cargaba una muda de ropa de todas formas), llega a pasar que estás fuera de casa y ellos necesitan hacer pipí, y en lo que localizas un baño puede obviamente ganarles ya que todavía no pueden aguantar mucho rato y se pueden sentir avergonzados además de sufrirla incomodidad de la ropita mojada.
Con mi hija menor fue un poco diferente (ella ahora tiene 5 años), con ella usé pañales de tela desde que tuvo mes y medio, de los cuales ya he hablado ampliamente en otros posts.
Pero igualmente para cuando ya no quería usar pañal y ya empezaba a avisar, los entrenadores desechables me fueron de mucha utilidad.
Para salidas, al súper o de visita aunque en casa ya estaba todo el día con calzoncito de tela y lograba llegar al baño.
Ella no fue fan de la “bacinica”, es más de hecho no le gustó, directo al baño con un adaptador, lo que hice fue tener 2 adaptadores y un banquito y tenerlos siempre listos en cada baño, así era más rápido bajar el calzoncito entrenador y sentarla, finalmente los adultos de la casa podemos tomar un minuto para retirar el adaptador y el banquito y ponerlos de nuevo.
Para los hermanos mayores que ya usan solos el baño es cosa de asomarnos para acomodar todo después de que lo usan ;).
Con mi hija menor tuve una época que no controlaba 100% pipí de noche, aunque de día ya avisaba y controlaba, pero no quería de ninguna manera pañal nocturno, así que igualmente los calzoncitos entrenadores me ayudaron con los escapes y poco a poco tuvimos más noches seguidas que amanecía seca, hasta que un día nos arriesgamos y ¡amaneció seca con ropa interior de tela!.
Así poco a poco, ambas lograron completar su proceso de maduración acompañadas de nuestro apoyo para lograr dejar definitivamente los pañales y pasar otra etapa de su desarrollo.