En los últimos años, ha resurgido una preocupante práctica entre algunos padres: las llamadas «fiestas de sarampión» o «fiestas de varicela».
La intención detrás de estas reuniones es exponer deliberadamente a los niños a estas enfermedades para que «las pasen de una vez» y desarrollen inmunidad de forma natural. Sin embargo, lo que parece una estrategia inofensiva puede tener consecuencias graves e incluso mortales
El peligro de estas enfermedades: No son «simples enfermedades infantiles»
El sarampión y la varicela no son enfermedades leves. Ambas pueden causar complicaciones graves en niños, adultos y personas inmunodeprimidas.
Sarampión: Mucho más que un sarpullido
El sarampión es una enfermedad viral extremadamente contagiosa que puede provocar:
Neumonía (la causa más común de muerte en niños con sarampión, según la OMS).
Encefalitis (inflamación cerebral que puede dejar secuelas neurológicas permanentes o ser fatal).
Subida de riesgo de infecciones: El sarampión borra la memoria del sistema inmunológico, haciendo que los niños sean más vulnerables a otras enfermedades durante meses o incluso años.
Un estudio publicado en Science (2019) encontró que el virus del sarampión puede eliminar entre el 11% y el 73% de los anticuerpos protectores que una persona ya tenía contra otras enfermedades. En otras palabras, si una persona tenía anticuerpos adquiridos por vacunación o por haber pasado alguna enfermedad, al contagiarse de sarampión puede perder parte de esos anticuerpos.
Varicela: No es un juego de niños
La varicela también puede ser grave, causando:
Infecciones bacterianas graves en la piel.
Neumonía varicelosa, especialmente en adultos.
Riesgo de complicaciones en embarazadas (puede causar síndrome de varicela congénita en el bebé).
Herpes zóster en el futuro, ya que el virus permanece latente en el sistema nervioso.
Los más vulnerables: Bebés, adultos mayores y personas inmunodeprimidas
Asistir a una «fiesta de sarampión» o «fiesta de varicela» no solo pone en riesgo a los niños que asisten, sino también a otras personas vulnerables.
Los bebés menores de un año no pueden recibir la vacuna contra el sarampión, por lo que si un niño contagiado los expone, podrían enfermar gravemente.
Las personas inmunodeprimidas (como pacientes con cáncer o enfermedades autoinmunes) pueden sufrir complicaciones letales si se contagian.
Los adultos mayores no vacunados o con inmunidad debilitada también están en riesgo de hospitalización o muerte.
La vacunación es la solución segura y efectiva
Las vacunas contra el sarampión (SRP) y la varicela son seguras, efectivas y han salvado millones de vidas. Según la OMS, antes de la introducción de la vacuna contra el sarampión en 1963, la enfermedad causaba 2.6 millones de muertes al año. Gracias a la vacunación, esta cifra ha disminuido drásticamente.
La varicela también se puede prevenir con la vacuna, reduciendo en un 90% el riesgo de enfermedad grave y brotes comunitarios.
No pongas en riesgo a tu hijo ni a los demás
Las «fiestas de sarampión» o «fiestas de varicela» no son una alternativa segura a la vacunación. Exponer intencionalmente a un niño a una enfermedad potencialmente grave es una práctica peligrosa y anticuada. La mejor protección es asegurarte de que tus hijos estén vacunados según el calendario de salud pública.
Si tienes dudas sobre las vacunas, consulta con pediatras y profesionales de la salud que basen su información en evidencia científica. La salud de tu hijo y de la comunidad depende de decisiones responsables e informadas.