Es un cliché común sobre adolescentes, que se alejan, parece que no les gusta nuestra presencia, antes éramos sus héroes y ahora parece que todo lo nuestro les molesta, son alérgicos a nosotros.
Pues sí, llega a pasar, y puede ser desconcertante, puede ser una actitud intermitente o crónica en los adolescentes, y puede aparecer alrededor de los 13 años, y puede ser muy notoria o ser una serie de actitudes muy sutiles.
No es nada agradable, a nadie le gusta sentirse rechazado y menos por cosas que antes disfrutábamos juntos ahora son un “¡no mamá no hagas eso!”.
Puede ser la forma como nos vestimos, o nos maquillamos,o el que no nos maquillemos, o que tareareamos alguna canción, o nuestros chistes, de pronto parece que todo nuestro ser les molesta.
Y si, tiene una explicación, aunque no es algo que se pueda “resolver”, el saber que causa este comportamiento puede ayudarnos.
Crecer implica separarse de los padres. Y este proceso puede comenzar en la adolescencia temprana con un fuerte impulso para diferenciarse de los adultos en el hogar.
No es fácil para los adolescentes separarse de aquellos que han supervisado casi todos los aspectos de sus vidas hasta el momento.
A medida que los adolescentes comienzan a independizarse emocionalmente de sus padres, clasifican el comportamiento y la predilección de cada uno de los padres en dos categorías: lo que rechazan y lo que adoptan.
Desafortunadamente para la paz del hogar, cada una de estas categorías crea su propio problema para los adolescentes que intentan establecer su individualidad.
Puede que a tí te guste usar cierto tipo de ropa o zapatos, pero si tu adolescente no está de acuerdo con la elección de calzado, puede, al menos por un tiempo, encontrarlo insoportable.
¿Por qué le importa tanto cómo te vistes o comportas? Porque su identidad aún está entrelazada con la tuya; hasta que haya tenido tiempo de establecer su propia apariencia, y su autoestima esté mas alta, tu estilo puede afectarlo.
O sea, para ellos tu eres como su “tarjeta de presentación”, frente a sus amigos y compañeros, por que es un proceso duro el “separarse” de tí y tener su propia identidad. (¿Te parecieron duros los dos años, que es cuando un bebé se da cuenta de que es un ente separado de su mamá? esto es algo similar, pero mas fuerte)
En resumen, los adultos pueden encontrarse en una época difícil cuando nada de lo que hacen les sienta bien a sus hijos adolescentes.
Mientras tanto ¿qué hacemos cuando nuestro adolescente no puede soportar la forma en que hablamos, respiramos o existimos?
Para empezar, podemos verlo como un proceso normal. Si bien sabemos, que nuestros hijos no siempre nos admirarán y mirarán de la forma en que lo hacen cuando son pequeños, es más fácil bajarnos de nuestros pedestales al saber que este comportamiento anuncia el próximo capítulo en nuestras relaciones con ellos.
A partir de ahí, podemos ignorar su molestia o recordarles que son libres de molestarse, pero no pueden ser irrespetuosos. Se vale expresar molestia, no se vale herir o faltar al respeto.
Esta puede ser una oportunidad para conectar. Tal vez hacer algunas concesiones en nombre de la comunicación, tal ve hacer caso a alguna sugerencia sobre usar o no usar determinada prenda o maquillaje, sin que se trate de vivir para complacerlo, se trata solo de ser un poco flexible.
Si usar un suéter en lugar de otro no te causa gran conflicto, ¿por qué no hacerlo para complacer un poco a tu hijo?
Incluso cuando no te tomes esto de forma personal, aún duele. Tener otros intereses y relaciones de apoyo puede ayudar. Busca tus intereses y verás que podrás verlo con un poco de perspectiva.
Si comienza haber faltas de respeto, nos ayuda establecer reglas claras. Por ejemplo que puede expresar que necesita estar solo en tono amable, cortés, o distante, pero de ningún modo se le admitirá expresarse con faltas de respeto. Y aunque es doloroso ser tratado como una persona irritante (en la visión de ellos), el guardar rencor puede agriar los momentos que ellos quieran acercarse a nosotros.
Una vez que los adolescentes han tenido tiempo y espacio para establecer sus propias habilidades, intereses y gustos, el rechazo hacia nosotros disminuye.
Además, el desarrollo neurológico está de nuestro lado. A medida que maduran las capacidades cognitivas de los adolescentes les permiten entender más allá de ver a sus padres solo como si fueran, o no, como ellos mismos quieren ser.
Fuente: https://www.nytimes.com/2018/04/11/well/family/why-teenagers-become-allergic-to-their-parents.html