Efectivamente hay quien piensa que adultos y niños son iguales, mismos derechos y mismas obligaciones, y que la relación es de «igual a igual» y no, definitivamente no somos iguales.
Los adultos somos personas que ya contamos con cierta experiencia en este mundo. Contamos con madurez para autocontrolarnos ante las frustraciones, conocemos los conceptos de tiempo y espacio y sabemos cuanto duran 10 minutos, podemos movernos por nosotros mismos de lugares donde no estamos cómodos entre muchas cosas, podemos hacernos un sandwich o calentarnos un té si no hay quien nos los ofrezca, y aunque no es lo mas agradable, si tenemos que dormir solos lo hacemos sin problemas.
Los niños mientras mas pequeños mas dependen de nosotros. Necesitan nuestra guía y cobijo, tenemos que mostrarles cómo es la vida, cómo son las cosas, cómo nos relacionamos, las formas y códigos de comportamiento y lenguaje.
Necesitan nuestra presencia para sentirse seguros, ya que nosotros somos su «base» de la cual exploran, y regresan, una y otra vez. Nos necesitan para dormir, ya que evolutivamente una cría necesita estar cerca de su madre para alimentarse y sentirse segura.
Esta y muchas razones nos confirman que niños y adultos no somos iguales, y por eso, debemos inferir que no es lógico exigirle a un bebé o niño pequeño que duerma solo «por que dice el pediatra» o que deje los pañales de un día para otro debido a que en la guardería decidieron que lo debe hacer, o exigirles autocontrol ante un berrinche o dejar de llorar de inmediato «por que no te pasó nada».
Nuestros niños son nuestros invitados a este mundo, tenemos la obligación de guiarlos y de mostrarles el mundo para que puedan desarrollar todo su potencial. Necesitan nuestra guía y contención, nuestro amor y nuestra mirada, llegará el día en que solos se muevan en el mundo, y resuelvan solos sus problemas, pero para que eso suceda
http://criandocreando.com/berrinches/ Conoce mi ebook, donde hablo un poco mas de este punto.