A veces leo o escucho a personas en redes sociales decir: “Si es con amor, cualquier decisión que tomes para criar a tus hijos está bien”. Sin embargo, considero que este punto tiene sus claroscuros, ya que hay decisiones que no pueden ser justificadas con un simple “no critiques, cada quien hace lo que puede”.
En la era de las redes sociales, tenemos la oportunidad de ver y leer diversas opiniones, no solo de personas famosas o líderes de opinión, sino también de individuos comunes. El acceso a expresar nuestras opiniones se ha democratizado, y podemos aprender cosas muy interesantes de personas diversas.
También nos encontramos con opiniones con las que podemos no estar de acuerdo, realidades diversas y posturas que no compartimos o que, por la evidencia existente, no son un buen consejo. Por ejemplo, dar a bebés lactantes suplementos tipo Herbalife u otros similares, afirmar que la lactancia materna no debe ser a demanda, recomendar fórmulas lácteas o introducir alimentos distintos a la leche materna o fórmula antes de los 6 meses, ver videos en los que se ridiculiza, asusta o enoja a niños pequeños para diversión de los adultos, o se aplican métodos como dejar llorar a los bebés o pegarles con el objetivo de “educarlos”.
No hay duda de que esos padres, a su manera, aman a sus hijos, pero llenar un biberón con refresco de cola o con fijoles refritos con carne, aunque lo hagamos con mucho amor, puede causar más daño. Muchos padres que golpean a sus hijos los aman y creen que de esa manera podrán educarlos y guiarlos. Dentro de los pocos recursos emocionales que tienen, sinceramente esperan lograr algo bueno. Mucha gente afirma: “A mí me pegaban y salí muy bien”.
No siempre basta con el amor. Vivimos en la era de la información y tenemos recursos en línea para aprender. Si no sabemos algo, siempre hay alguien que puede indicarnos dónde encontrar la información. En las redes sociales, no siempre obtendremos la aprobación, sobre todo si decidimos documentar la forma en que criamos a nuestros hijos, lo cual nos lleva a otro punto a tratar más adelante.
Es importante tener el criterio para distinguir las opiniones que nos pueden enseñar algo de otras que buscan provocar. También debemos saber medir lo que compartimos sobre nuestros hijos en las redes sociales, ya que al exponerlos estamos dejando una huella en internet desde ahora y no sabemos cómo se sentirán al respecto cuando sean mayores.
Para mí, hacer cosas incorrectas incluso con mucho amor es discutible, y cuando se trata de publicarlo en redes sociales, resta valor a una opinión o respuesta.
¿Qué opinas tú?