Hay familias, o mamás para quienes es muy importante conservar toda la Navidad y sus fantasías, y quienes deciden criar con la realidad por delante, ninguna de estas posturas es mejor que la otra.
Navidad es una época llena de fantasía, dependiendo del enfoque o de nuestras creencias es una fecha muy especial desde el punto de vista religioso, social, donde se juntan muchas tradiciones ancestrales y religiosas.
Desde ahí es difícil tener una navidad completamente aséptica y que se mueva sólo en los límites de la lógica, aunque no sea con el trasfondo religicoso prácticamente el mundo occidental se vuelca en un mundo mágico, donde existe el Niños Dios, o Santa Claus, o la Befana, el Olentzero, el dichoso elf in the shelf, y muchos más.
Si decides que no vas a educar alimentando fantasías de seres navideños diversos, estás en todo tu derecho y no les estás privando de nada, ya que si no te nace no puedes entrar en una dinámica donde no crees.
Pero también las madres o famillias que esperan con ilusión estas fechas y crean prácticamente un mundo de fantasía tienen todo el derecho de criar así, o criar según sus creencias religiosas.
Así que como adultos con criterio tenemos que tener mucho tacto con los niños en toda su inocencia repiten y creen en lo que nosotros les decimos, e irlos educando en el respeto de otras formas de pensamiento sin etiquetar.
Si decidimos criar sin fantasías de Santa Claus o los Reyes magos es importante que tengamos la sensibilidad de saber que la mayorpia de los niños tienen esta fantasía, así que un detalle de empatía es explicarles que hay niños que creen en esto y que no conviene soltarles un “santa claus son los papás” en medio de una reunion, ya que mas que nada nuestra hija o hijo es quien quedará desconcertado al ver que se enfada o llora su compañera o compañero de juegos y su mamá se molesta y puede que hasta se alejen. Estar pendientes del manejo de la información precísamente para proteger a nuestros hijos de que alguien no entienda nuestro punto de vista y lleguemos a tener un momento incómodo.
Hay que estar pendientes para intervenir con una respuesta asertiva, especialmente cuando son mas pequeños y las personas preguntan por inercia “que le pediste a Santa Claus?” , es complicado esperar que el resto del mundo se amolde a nuestra forma de ver la vida, pero podemos buscar algunas respuestas empáticas, especialmente para otros niños y para adultos dar una respuesta y no mas explicaciones, tampoco tenemos que justificar y convencer a todo el mundo de nuestras decisiones.
Igualmente si criamos conforma a nuestras creencias religiosas o nos gusta hablar de Santa Claus o los Reyes magos no debemos decirle a los demás “les arruinas la infancia” “los estás privando de la ilusión” , cada madre sabe como maneja su crianza y hay muchas formas de manejar la ilusión.
Lo que definiticamente no debe hacerse es usar estas fechas como chantaje, los regalos se dan porque los niños se los merecen por el simple hecho de existir, su vida ya es un regalo, el educar con chantajes de “no habrá regalos porque te portaste mal” o “te ve Santa Claus y te traerá carbón” o engañarlos o hasta aterrorizarlos con que algún ser mágico se llevará sus regalos o los castigará es una crueldad.
O aunque no sea ningun ser mágico, condicionar, amenazar y chantajear por lograr cierto comportamiento es una falta de respeto para las niñas y niñosademás de poco efectivo a largo plazo.
No hay ninguna fórmula mágica en la maternidad, como madres y adultas tenemos que hacernos responsables de nuestras decisiones y saber cuidar a nuestros hijos tanto de presiones externas y explicarles que vivimos en un mundo donde hay muy diferentes formas de pensar sobre muchos temas.
